Documento escrito por Paul Connett, PhD y miembros de Flouride Action Network (incluyendo a James Beck, MD, PhD,
Michael Connett, JD, Hardy Limeback, DDS, PhD, David McRae y Spedding Micklem, D.Phil.) Traducido al español por el equipo Traducers Inc., Alvaro R. y Rocio C.
Sobre la fluoración del agua
La fluoración es la práctica de agregar compuestos de fluoruros a los suministros de agua potable, con el sabido propósito de combatir la caries dental.
Los niveles implementados se encuentran en un intervalo que va desde 0,6 a 1,2 miligramos de iones de fluoruro por litro (o partes por millón, ppm).
En
Estados Unidos esta práctica comenzó en 1945 y fue oficialmente promocionada por su
Servicio de Salud Pública (Public Health Service o PHS), en
1950.
Muy pocas naciones han llegado a instaurar esta práctica en un nivel significativo.
Sólo ocho naciones del mundo tienen más de un 50% del agua potable de su país artificialmente fluorada, estos son:
Australia, Colombia, Irlanda, Israel, Malasia, Nueva
Zelandia, Singapur, y Estados Unidos.
En Europa, sólo Irlanda (con un 73% de su población fluorada), el
Reino Unido (10%) y
España (10%) agregan fluoruro a sus suministros de
agua.
En
Estados Unidos, cerca de un 70% de la población ingiere agua fluorada; eso es aproximadamente
200 millones de personas y casi la mitad de toda la
gente que toma agua intencionalmente fluorada en el mundo.
Algunos países tienen altos niveles de flúor en el agua de manera natural.
Entre ellos están
India, China y algunas naciones en África.
En estos lugares, se realizan medidas de extracción del flúor del agua potable debido a las consecuencias negativas que éste puede llegar a causar en el organismo humano.
La fluoración constituye
una práctica inadecuada de medicación
1. El fluoruro es el único químico agregado al agua
potable utilizado también para tratamientos
médicos.
En
Estados Unidos, la Agencia de Drogas y Alimentos (o FDA por sus siglas en inglés) clasifica
el fluoruro como un fármaco cuando es utilizado para mitigar o prevenir
enfermedades (FDA 2000).
Como un hecho de lógica básica, el agregar fluoruro al agua para prevenir la caries (una enfermedad que no es de origen hídrica) se considera tratamiento médico.
Todos los otros químicos relacionados con el tratamiento de agua son agregados para mejorar la calidad o la sanidad del agua, lo cual el fluoruro no hace.
2. La fluoración es antiética.
El “consentimiento informado” es
un estándar para todo tipo de medicación y es una de las razones claves por la cual
la mayor parte de Europa Occidental
ha legislado en contra de la fluoración.
Con la fluoración del agua potable estamos permitiendo que gobiernos realicen con comunidades completas- obligar a que la gente tome medicación sin importar su consentimiento- lo que los doctores
NO pueden hacer con pacientes individuales.
Incluso cuando los plebiscitos se han aplicado a las políticas de gobierno, no se toca el asunto de los derechos individuales versus la norma de las mayorías.
Para decirlo de otra manera:
¿tiene un elector el derecho de decidir que un vecino tome un medicamento, incluso si es contra la voluntad del vecino?
3. La dosis no puede ser
controlada.
Al introducir el
fluoruro en el agua potable, es imposible regular la dosis que ingiere cada individuo, ya que cada uno consume diferentes cantidades de agua.
La habilidad de controlar la dosis del paciente es primordial.
Algunas personas (ej., trabajadores, atletas, diabéticos, y individuos con enfermedades del riñón) toman mucho más agua que otras.
4. El flúor se aplica sin importar la edad, estado de salud
o vulnerabilidad de la
población.
Como explica el
Dr. Arvid Carlsson, Premio Nobel de Medicina y Fisiología en el año 2000, y además uno de los científicos que ha luchado
en contra de la fluoración en
Suecia:
“La fluoración del agua potable contradice los principios básicos de la farmacoterapia, la cual está progresando de una medicación estereotipada – del
tipo una tableta tres veces al día – a un tratamiento mucho más individualizado, que considera tanto la posología como la selección de los medicamentos.
La integración de medicamentos al agua potable representa justamente lo contrario de una terapia individualizada” (Carlsson 1978).
5. En la actualidad, las personas consumen flúor
de fuentes muy diversas, además del agua
potable.
El agua fluorada no es la única manera en que las personaa están expuestas al fluoruro. Entre las otras fuentes de flúor están las comidas y bebidas procesadas con agua fluorada (Kiritsy 1996;
Heilman 1999), productos dentales fluorados (Bentley 1999, Levy 1999), carne mecánicamente deshuesada (Fein 2001), el té (Levy, 1999) y residuos de pesticidas en alimentos (ej., criolita)
(Stannard 1991; Burgstahler 1997). Es ampliamente reconocido que la exposición al fluoruro de fuentes no provenientes del agua ha aumentado desde que comenzó el programa de fluoración en Estados
Unidos (NRC 2006).
6. El flúor no es un nutriente esencial
Consejo Nacional de Investigación [NRC] 1993; Instituto de Medicina [IOM] 1997, NRC 2006). Jamás se ha vinculado una enfermedad a la deficiencia de
fluoruro.
Jamás se ha logrado demostrar que se requiere fluoruro
para mantener una dentadura libre de caries.
No hay ninguna función vital que haya demostrado requerir consumo de flúor.
Por el contrario, hay extensa evidencia de que el fluoruro puede interferir con numerosas funciones vitales.
El fluoruro interfiere con numerosas enzimas (Waldbott 1978).
En combinación con el
aluminio, el fluoruro interfiere con las
proteínas G (Bigay 1985, 1987).
Este tipo de interacción otorga, a complejos proteicos de fluoruro y aluminio, el potencial de interferir con índices de crecimiento, hormonas, y neurotransmisores (Strunecka & Patocka 1999;
Li 2003).
Más y más estudios están mostrando que el flúor puede interferir significativamente con la bioquímica del organismo (Barbier 2010).
7. Los niveles de fluoruro
en la leche materna son muy bajos.
Tomando en consideración el punto anterior, tal vez no sea sorprendente que el nivel de fluoruro en la leche materna sea considerablemente bajo (0.04 ppm, NRC 2006).
Esto significa que un bebé alimentado con biberón que consume agua fluorada (0.6-1.2 ppm) puede llegar a consumir hasta 300 veces más flúor que un bebe amamantado.
No hay beneficios (ver razones #11-19), solo riesgos (ver razones #21-36), como para que bebés ingieran estos altos niveles de fluoruro a una temprana edad (una etapa donde la susceptibilidad a
toxinas medioambientales es particularmente alta).
8. El flúor se acumula en el organismo.
Los adultos saludables excretan por los riñones cerca del 50% al 60% del flúor que consumen diariamente (Marier & Rose 1971).
El resto se acumula en el organismo, principalmente en tejidos calcificados como los huesos, y la glándula pineal (Luke 1997, 2001).
Bebés y niños excretan menos fluoruro mediante sus riñones y retienen un 80% del fluoruro ingerido en sus huesos (Ekstrand 1994).
La concentración de flúor en los huesos aumenta continuamente durante el curso de la vida (NRC 2006).
9. En los países con fluoración
no existen
agencias de salud monitoreando
la exposición o los efectos colaterales del flúor.
No hay un registro continuo de niveles de fluoruro en: orina, sangre, huesos, cabello, o uñas de la población, y tampoco de grupos delicados en particular (ej., individuos con enfermedad
renal).
10. Nunca se ha realizado una prueba clínica aleatoria
para demostrar la efectividad o seguridad del
flúor.
A pesar de que el fluoruro ha sido aplicado a suministros de agua potable por sobre 60 años, “no se han realizado pruebas aleatorias de agua fluorada” (Cheng 2007).
Los estudios aleatorios son el método estándar para determinar la seguridad y efectividad de cualquier tratamiento médico potencialmente beneficioso.
En el 2000, la Revista York del Gobierno Británico, no le pudo otorgar la clasificación de grado “A” a ningún ensayo de fluoración, tras 50 años de investigaciones (Mcdaonagh 2000). La Agencia de
Drogas y Alimentos (FDA por sus siglas en inglés) estadounidense continua clasificando el flúor como una “droga nueva sin aprobar”.
Digerir flúor presenta pocos o ningún beneficio
11. Los beneficios provienen de la aplicación
tópica,
no sistémica.
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC. 1999, 2001) ha reconocido que el mecanismo de beneficios del flúor es principalmente tópico y no sistémico.
Por ende, no existe ninguna necesidad de digerir el fluoruro para proteger a la dentadura.
Ya que los supuestos beneficios son a causa de la aplicación tópica y los riesgos provienen del consumo sistémico, sería mucho más razonable aplicar el fluoruro mediante la pasta dental.
Además, ya que digerir fluoruro es innecesario y potencialmente peligroso, no hay justificación para forzar a que la gente (en contra de su voluntad) ingiera flúor a través del suministro de agua
potable.
12. La fluoración es innecesaria.
La mayoría de las naciones occidentales industrializadas han rechazado la fluoración, pero sin embargo han demostrado las mismas bajas en los índices de caries dentales que países con
fluoración.
(Ver datos de Organización Mundial de la Salud presentada gráficamente en la figura 1).
13. El rol de la fluoración
en la disminución de caries está bajo intensa
crítica.
La encuesta más grande que se ha realizado en
Estados Unidos (sobre 39.000 niños de 84 comunidades) por el
Instituto Nacional de Investigación Dental (NDIR por
sus siglas en inglés)
demostró una diferencia leve en la incidencia de caries entre niños en comunidades fluoradas y no fluoradas. (Hileman 1989).
Según investigadores del instituto, el estudio halló una diferencia promedio de sólo 0,6 en los índices de superficies dentales cariadas, faltantes o
arregladas (o DMFS por sus siglas en ingles) en la dentadura definitiva de niños entre la edad de 5 a 17, que habían habitado en un área fluorada o en un área no fluorada toda su vida (Brunelle
& Carlos, 1990).
La diferencia es menos de una superficie dental, y menos de 1% de las más de 100 superficies dentales que se encuentran dentro de la boca de un niño.
Incluso, encuestas importantes en tres estados australianos han encontrado menores beneficios, indicando disminución de niveles de caries ubicados entre 0 y 0,3% de una superficie de dentadura
definitiva (Spencer 1996).
Ninguno de estos estudios ha tomado en cuenta la posibilidad de un retraso en la erupción dentaria a causa del flúor, de la cual sí existe evidencia (Komarek 2005).
Un retraso de un año en la erupción de los dientes permanentes podría anular el leve beneficio que se ha registrado en los estudios recientes.
14. Un estudio financiado
por el Instituto Nacional de Investigación Dental
(NIH)
sobre la ingestión de fluoruro individual y
caries
no logró demostrar una correlación
significativa.
Un estudio multimillonario del
Instituto Nacional de Investigación Dental estadounidense (Warren 2009)
no encontró relación entre la caries dental y la cantidad de
fluoruro ingerido por niños.
Esta es la primera vez que se ha investigado las caries dentales como una función de exposición individual en vez que desde la mera residencia en una comunidad fluorada.
15. Los índices de caries dentales
son altos en comunidades de bajos
recursos,
las cuales han sido fluoradas por
años.
A pesar de declaraciones que afirman lo contrario,
la fluoración del agua potable no ha logrado prevenir la crisis en la salud bucal que resulta de la pobreza extrema, nutrición
inadecuada y la falta de acceso a atención dental.
Hay numerosos informes sobre la severa crisis dental
en barrios de bajos recursos en ciudades estadounidenses que han sido fluoradas por más d
e 20 años (Ej.,
Boston, Cincinnati, la ciudad de Nueva York, y Pittsburgh).
Además,
reiteradamente, la fluoración ha mostrado ser inefectiva en cuanto a la prevención de los problemas de salud oral más preocupantes que amenazan a niños pobres,
primordialmente las
“caries de biberón”, también conocidas como caries de infancia temprana (Barnes 1992; Shiboski 2003).
16. Los índices de caries
no se incrementan al detener la fluoración.
Tras la descontinuación de la fluoración en comunidades como
Canadá, la ex Alemania Oriental, Cuba y Finlandia, los índices de caries dentales no han aumentado, más bien, por lo
general, han continuado disminuyendo. (Maupomé 2001; Kunzel & Fischer, 1997, 2000; Kunzel 2000; Seppa 2000).
17. Los índices de caries dentales
ya estaban
disminuyendo
antes de que se implementara la
fluoración.
Investigaciones recientes (ej., Diesendorf 1986; Colquhuon 1997) muestran que las cifras de caries estaban disminuyendo antes de que la fluoración hubiese sido implementada en
Australia y Nueva Zelandia, y además muestran que los índices han seguido disminuyendo, sobrepasando las expectativas de beneficios (Ver figura 2).
Muchos otros factores influyen en las caries dentales.
Figura 2. Número de dientes cariados en niños de 5 años en Nueva Zelandia desde el año 1930 hasta 1990.
18. Los estudios que impulsaron la implementación
de la fluoración estaban metodológicamente
viciados.
Los ensayos iniciales que ayudaron a impulsar la implementación de la fluoración realizados entre
1945 y 1955 en Norte América, han sido duramente criticados debido a su pobre
metodología y pobre elección de comunidades de control
(De Stefano 1954; Sutton 1959, 1960, 1996; Ziegelbecker 1970).
Según el
Dr. Hubert Arnold, un estadístico de la
Universidad de California en Davis, los ensayos iniciales “están especialmente plagados de falacias, diseño
inadecuado, uso inválido de métodos estadísticos, omisiones de evidencia contradictoria, y repletos de simple torpeza y necedad.”
T
ambién se ha cuestionado severamente el famoso estudio de 21 ciudades de Trendley Dean (El padre de la fluoración)
del año 1942 (Ziegelbecker 1981).
Los niños están siendo sobre-expuestos al fluoruro
19. Los niños están siendo sobre-expuestos al fluoruro.
El programa de fluoración ha fallado ampliamente en cumplir con uno de sus objetivos clave, lograr reducir los índices de caries dentales y a la vez lograr disminuir la ocurrencia de la fluorosis
dental (una decoloración del esmalte dentario causado por ingestión excesiva del flúor.)
La meta de los primeros proponentes de la fluoración del agua potable era limitar la fluorosis dental (en su faceta leve) a un 10% de los niños (NRC 1993, pg 6-7).
Sin embargo, en el
2010, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) informó que un
41% de todos los adolescentes estadounidenses padecían de
fluorosis dental; de eso, un
8.6% tenía fluorosis regular y un 3.6% tenía fluorosis severa o moderada (Beltra-Aguilar 2010).
Ya que la cifra de 41% de prevalencia es un promedio nacional e incluye a niños que viven en áreas fluoradas y no fluoradas, la tasa de fluorosis obviamente será mucho más alta en áreas
fluoradas.
El estudio comisionado por el gobierno británico llamado
York Review, estimó que, a nivel mundial, un
48% de los niños en áreas fluoradas padecían de fluorosis
dental en cualquiera de sus etapas, con
12,5% padeciendo de una fluorosis con problemas de estética (McDonagh, 2000).
20. Los bebés alimentados con biberón
están recibiendo las dosis de fluoruro más
altas.
Debido a su necesidad de consumir alimentos mediante la forma líquida, los bebés alimentados con fórmula tienen la exposición más alta, por peso, de la población.
Debido a que se ha encontrado que la exposición a fluoruro a temprana edad es uno de los factores de riesgo para la aparición de la fluorosis dental en el transcurso de la vida
(Marshall
2004; Hong 2006; Levy 2010), numerosos investigadores dentales han recomendado a los padres de recién nacidos, no usar agua fluorada en la preparación de la fórmula
(Ekstrand
1996; Pendrys 1998; Fomon 2000; Brothwell 2003; Marshall 2004).
Incluso la
Asociación Dental Americana, la institución más ferviente en proponer la fluoración, el
6 de noviembre de 2006, envió un alerta por correo
electrónico, haciendo un llamado a sus miembros a que advirtieran a los padres que la fórmula de bebes debía ser elaborada con "poca o sin agua fluorada".
Desafortunadamente, la Asociación ha hecho muy pocos esfuerzos en cuanto a difundir esta información a los padres.
Como resultado, muchos padres siguen sin realmente saber el peligro de la exposición al agua fluorada a temprana edad.
Evidencia de daño a otros tejidos
21. La fluorosis dental puede
indicar
la presencia de daño sistémico mucho más
extenso.
Se han sugerido muchos mecanismos bioquímicos posibles que estarían a la base del desarrollo de la fluorosis dental y que son difíciles de comprender para un lector no especializado (Matsuo 1998;
Den Besten 1999; Sharma 2008; Duan 2011).
Aunque los defensores de la fluoración se contentan minimizando la fluorosis dental (en su etapa más ligera) como si fuese una mera complicación cosmética, resulta apresurado asumir que el flúor
no está impactando otros tejidos en desarrollo, cuando está claramente dañando los dientes por algún tipo de mecanismo bioquímico
(Groth 1973; Colquhon 1997).
Más allá de que la ingesta del flúor puede causar la fluorosis dental durante el período anterior al de la erupción de los dientes permanentes (6-8 anos), otros tejidos están potencialmente
susceptibles a daño en el curso de toda la vida.
Por ejemplo, en áreas de altos niveles naturales de flúor el primer indicador de daño en niños es la fluorosis dental.
En estas mismas comunidades,
mucha gente mayor desarrolla
fluorosis esquelética.
22. El flúor podría llegar a dañar el cerebro.
Según el
Consejo Nacional de Investigaciones de Estados Unidos (NRC por sus siglas en inglés, 2006), "
es evidente que los fluoruros tienen la habilidad de interferir con
las funciones del cerebro."
En una revisión de los hallazgos comisionada por la
Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA por sus siglas en inglés), se ha agregado
el flúor a un listado
de los 100 químicos de los cuales existe "evidencia sustancial de un desarrollo de neurotoxicidad."
Experimentos en animales han mostrado que el fluoruro se acumula en el cerebro y altera el estado mental de una manera que asemeja a la de agentes neurotóxicos (Mullenix
1995).
En total,
en la actualidad,
existen más de 100 estudios con animales que muestran
que el fluoruro puede dañar el cerebro
y tener consecuencias en el aprendizaje y comportamiento.
Según los defensores de la fluoración, estos estudios son poco relevantes debido a las altas dosis utilizadas.
Sin embargo, es importante destacar que en ratas,
el fluoruro se demora entre 5 y 20 veces más en alcanzar los mismos niveles plasmáticos que se alcanzan en los humanos. (Sawan
2010).
De hecho, hay un estudio animal que encontró efectos con dosis extraordinariamente bajas
(Varner 1998).
En este estudio, las ratas fueron alimentadas con 1 ppm de fluoruro en su agua a lo largo de un año (
La misma cantidad aplicada en programas de fluoración), utilizando o fluoruro
sódico o monofluoruro de aluminio; obtuvieron cambios morfológicos en los riñones y el cerebro, un aumento en la concentración de aluminio en el cerebro y la formación de depósitos de
Beta-amiloide, los cuales están asociados a la
Enfermedad de Alzhéimer.
Otros estudios en animales han encontrado efectos en el cerebro con bajos niveles de flúor, de 5 ppm en el agua (Liu 2010). (Para un listado completo de
estos estudios).
23. El flúor puede reducir el coeficiente intelectual.
Hasta ahora existen
24 estudios provenientes de
China, Irán, India y México que han reportado una
asociación entre la exposición al fluoruro y la
reducción del coeficiente intelectual.
Uno de estos estudios (Lin Fa-Fu 1991) indica que sólo niveles moderados de exposición al fluoruro (Ej., 0,9 ppm en el agua)
pueden exacerbar los defectos neurológicos de
la deficiencia de yodo.
No habiendo deficiencia de yodo, otro equipo de investigación (Xiang 2003 a,b) estimó que
el fluoruro podría reducir el coeficiente intelectual a 1,9 ppm,
mientras que un reciente estudio preliminar, (Ding 2011) encontró una reducción en el CI, en niños que tomaban agua con niveles entre 0,3 y 3 ppm.
Los autores de este último estudio reportaron que por cada incremento de 1 ppm de fluoruro en la orina se observaba una reducción de 0,59 puntos de CI.
Ninguno de estos estudios indicó un margen de seguridad adecuado para proteger de este efecto a todos los niños que toman agua artificialmente fluorada.
Al referirse al respecto el
Consejo Nacional de Investigaciones de Estados Unidos (2006) señalo que, “la consistencia de los resultados (en los estudios de fluoruro / CI) parece
ser lo suficientemente significativa como para continuar con investigaciones adicionales con respecto a los efectos del fluoruro en la inteligencia”.
A excepción de un estudio pequeño sobre coeficiente intelectual al principio de la fluoración en Nueva Zelandia (Shannon et al., 1986)
ningún país
fluorado ha investigado el tema por sí mismo.
24. El flúor podría causar efectos neurotóxicos
no relacionados con el
CI.
La disminución del CI no es el único efecto neurotóxico que puede resultar de la exposición al fluoruro.
Al menos tres estudios en humanos han mostrado una asociación entre la exposición al fluoruro y deficiencia en la organización viso-espacial
(Calderon 2000; Li 2004;
Rocha-Amador 2009);
Mientras que otros tres estudios, han encontrado una asociación entre la exposición prenatal al fluoruro y daño cerebral fetal
(Han 1989; Du 1992; Yu 1996).
25. El flúor afecta la glándula pineal.
Estudios de Jennifer Luke (2001) muestran que el flúor se acumula en la glándula pineal humana a niveles muy altos.
Además, en su tesis de doctorado,
Luke ha mostrado con animales, que
el flúor disminuye la producción de melatonina y que lleva a un comienzo de pubertad más
temprano (Luke 1997).
Consistente con los hallazgos de Luke uno de los primeros ensayos de fluoración en
Estados Unidos (Schlesinger 1956) mostró que en promedio las niñas en una comunidad fluorada
alcanzaban la menstruación unos 5 meses antes que las niñas en comunidades no-fluoradas.
Inexplicadamente, ningún país fluorado ha intentado duplicar los hallazgos de Luke o de Schlesinger, ni siquiera se ha intentado examinar el tema más a fondo.
26. El flúor afecta la función de la
tiroides
Según el
Consejo Nacional de Investigaciones de Estados Unidos (2006),
“Numerosas cifras indican un efecto en la función tiroidea por la exposición al
fluoruro.”
En
Ucrania, Bachinskii (1985), encontró una disminución de función en la tiroides entre personas saludables, a un nivel de 2,3 ppm en el agua.
A mediados del siglo XX, el fluoruro fue prescrito por numerosos doctores europeos con el propósito de reducir la
actividad de la glándula tiroides en pacientes
que padecían de hipertiroidismo (tiroides hiperactivo) (
Stecher 1960; Waldbot 1978).
Según un ensayo clínico realizado por
Galletti y Joyet (1958), la función de la tiroides en pacientes con hipertiroidismo se redujo efectivamente con solo 2,3 a 4,5 mg. del ion
fluoruro por día.
Para lograr tener una perspectiva más clara sobre este hallazgo considere lo siguiente, el
Departamento de Salud y Servicios Humanos (DHHS por sus siglas en inglés, 1991) ha
estimado que la exposición de fluoruro total en comunidades fluoradas está entre 1,6 a 6,6 mg. por día.
Esto es un hecho formidable, particularmente considerando la prevalencia y lo drástico que es el problema del hipotiroidismo (tiroides menos activa) en
Estados Unidos y en otras
naciones fluoradas.
Síntomas de hipotiroidismo incluyen
depresión, fatiga, aumento de peso, dolores musculares y de huesos, aumento en niveles de
colesterol y enfermedades
cardiacas.
En el
2010, la
segunda droga mas prescrita del año fue Synthroid (levotiroxina sódica) la cual es una droga que reemplaza hormonas usada para tratar una tiroides
menos activa..
27. El flúor causa síntomas artríticos.
Algunos de los síntomas del comienzo de la
fluorosis esquelética (una enfermedad a los huesos y a las articulaciones que afecta a millones de personas en
India, China y
África), se asemejan a los síntomas de la
artritis (Singh 1963; Franke 1975; Teotia 1976; Carnow 1981; Czerwinski 1988; DHHS 1991).
Según un informe sobre la fluoración publicado en la revista
Chemical & Engineering News,
Debido a que algunos de los síntomas clínicos se asemejan a la
artritis, las primeras dos fases clínicas de la
fluorosis esquelética, podrían ser fácilmente mal
diagnosticadas” (Hileman 1988).
Pocos, quizás ningún estudio se ha realizado para determinar el alcance de estos diagnósticos erróneos y si
la alta prevalencia de artritis en
Estados Unidos (1
de cada 3 estadounidenses padece de algún tipo de artritis – CDC, 2002)
y otros países fluorados está
relacionada a la creciente exposición al fluoruro, lo cual
es muy plausible. Incluso cuando individuos en
Estados Unidos padecen de avanzados tipos de fluorosis esquelética (debido a un alto consumo de té), han pasado años de diagnosis
erróneas hasta que por fin los médicos han diagnosticado correctamente la condición como fluorosis.
28. El flúor daña los huesos.
Uno de los primeros estudios de fluoración
(Newburgh-Kingston 1945-55) encontró el doble de defectos en el hueso cortical en niños de una comunidad fluorada
(Schlesinger
1956).
El hueso cortical es el tejido externo del hueso, que es vital en la protección en contra de fracturas.
Mientras que no se le tomó importancia en ese momento a este hallazgo con respeto a las fracturas de huesos, sí surgieron interrogantes en cuanto a un
posible vínculo con el
osteosarcoma (Caffey 1995; NAS, 1977).
En el 2001, Alarcon-Herrera y sus colegas de trabajo, reportaron una correlación directa entre la severidad de la fluorosis dental y la frecuencia de fracturas de huesos tanto en
niños como en adultos en un área excesivamente fluorada de México.
29. El flúor puede incrementar fracturas de
caderas
en personas de tercera edad.
Cuando altas dosis de fluoruro (en promedio 26 mg. por día)
se utilizaron en ensayos para tratar a pacientes con osteoporosis buscando endurecer los huesos y de
reducir la tasa de fracturas, en realidad resultó un mayor número de fracturas, y particularmente fracturas de la cadera
(
Inkovaara 1975; Gerster 1983; Dambacher 1986; O'Duffy 1986; Hedlund 1989; Bayley 1990; Gutteridge 1990. 2002; Orcel 1990; Riggs 1990 and Schnitzler 1990).
Las fracturas de cadera son un problema muy serio en la vejez, muchas veces resultando en
una pérdida de independencia o en una vida más
corta.
Se han publicado más de una docena de estudios desde 1990 que han investigado una posible relación entre fracturas de caderas y la ingestión a largo plazo de agua artificialmente fluorada o agua
con altos niveles de flúor natural.
Los resultados han sido mixtos, algunos han encontrado asociación y otros no lo han hecho. Incluso, algunos han afirmado un efecto preventivo.
Un estudio de gran importancia en China, el cual examinó fracturas de caderas en seis pueblos, encontró algo que pareciera ser un
aumento en la fracturas de caderas
relacionado con la dosis, al aumentar la concentración de fluoruro desde 1 ppm hasta 8 ppm (Li 2001) dejando mucho que desear para aquellos individuos que toman agua fluorada en
exceso.
Consecuentemente, en el
único estudio epidemiológico en humanos que
calculó la fortaleza de los huesos en cuanto a la concentración de fluoruro, investigadores
de la
Universidad de Toronto encontraron que (al igual que en estudios en animales) la fortaleza de los huesos disminuyó con el incremento en la concentración de fluoruro
(Chachra 2010).
Finalmente, un estudio reciente de Iowa (Levy 2009), publicó datos sugiriendo que
la exposición incluso a un bajo nivel de fluoruro puede tener un efecto perjudicial en
la densidad del hueso cortical en niñas (un efecto que ha sido reiteradamente ilustrado en ensayos clínicos y el cual ha sido expuesto como un mecanismo vital por el cual el fluoruro
podría incrementar las tasas de fracturas de huesos).
30. Personas con insuficiencia renal están
particularmente vulnerables a daños de
huesos.
Debido a su inhabilidad de excretar fluoruro eficientemente, las personas con enfermedad renal están propensas a acumular altos niveles de fluoruro en sus huesos y sangre.
Como resultado de esta alta carga de fluoruro en el cuerpo, pacientes con enfermedades renales están en alto riesgo de desarrollar fluorosis esquelética.
En uno de los pocos estudios estadounidenses que investigó el asunto, se documentó fluorosis aguda o invalidante en pacientes con enfermedades renales severas que tomaban agua fluorada con solo
1,7 ppm
(Johnson 1979).
Dado que se ha detectado la existencia de fluorosis esquelética severa en pacientes de enfermedades renales en pequeños estudios de caso, es muy probable que estudios sistemáticos pudieran
detectar la ocurrencia de fluorosis esquelética a niveles de fluoruro aun más bajos.
31. El fluoruro puede causar cáncer a los huesos
(osteosarcoma).
Un estudio en animales, patrocinado por el gobierno estadounidense, encontró un
aumento de cáncer de huesos (osteosarcoma), dependiente de la dosis, en ratas
macho alimentadas con flúor (NTP 1990).
Tras la publicación de los resultados de este estudio, el
Instituto Nacional de Cáncer (NCI por sus siglas en ingles)
realizó un informe sobre los datos nacionales de
cáncer en Estados Unidos y encontró
tasas considerablemente más altas de osteosarcoma (cáncer de los huesos)
entre varones jóvenes de áreas fluoradas versus
áreas no fluoradas (Hoover er al 1991a).
Si bien el
Instituto Nacional de Cáncer concluyó (estimando que existía una falta de estadísticas contundentes) que la fluoración no era la causa (Hoover et al 1991b), nunca se
ofreció una explicación acerca de la tasa más alta en las áreas fluoradas.
Un estudio más pequeño de Nueva Jersey (Cohn 1992)
encontró tasas de osteosarcoma hasta seis veces más altas entre varones que residían en áreas
fluoradas versus áreas no fluoradas.
Otros estudios epidemiológicos, de variable tamaño y calidad, han fracasado en demostrar esta relación (un sumario de éstos puede ser encontrado en,
Bassin 2001 y
Connet
& Neurath, 2005).
Hay tres razones de por qué la conexión
entre el fluoruro y la osteosarcoma es plausible:
Primero, el fluoruro se acumula en los huesos a niveles altos.
Segundo, el fluoruro estimula el crecimiento de los huesos.
Y tercero, el fluoruro puede interferir con el sistema genético de las células óseas de diversas maneras;
se ha mostrado que es mutagénico, que causa daño a los cromosomas y que interfiere con los enzimas encargados de reparar el ADN en células y en tejidos (Tsutsui 1984; Caspary
1987; Kishi 1993; Mihashi 1996; Zhang 2009).
Además de estudios celulares y de tejidos, también se ha reportado una correlación entre exposición al fluoruro y daño a las cromosomas en humanos (Sheth 1994; Wu 1995; Meng 1997; Joseph
2000).
32. Los que proponen la fluoración no han logrado
refutar el estudio de osteosarcoma de
Bassin.
En el
2001, la dentista Elise Bassin, logró defender exitosamente su tesis doctoral en
Harvard, en la cual encontró que
jóvenes tenían de cinco a siete
veces más probabilidad de sufrir de osteosarcoma a los 20 años de edad si habían tomado agua fluorada durante un período de crecimiento crítico de la infancia media (entre los 6 y 8
años).
El estudio fue publicado en
2006 (Bassin 2006) pero fue extensamente descartado por las naciones fluoradas debido a que su profesor de tesis
Chester Douglas (un
defensor de la fluoración y asesor de
Colgate) prometió un estudio más grande, señalando que éste desacreditaría su tesis
(Douglass and Joshipura, 2006)
Ahora, tras cinco años de espera el estudio de
Douglass por fin ha sido publicado
(Kim 2011) sin embargo,
no logra refutar de ninguna manera los
hallazgos de Bassin.
El estudio, que utiliza mucho menos controles que el análisis Bassin, ni siquiera intentó abordar la ventana de edad de riesgo que
Bassin identificó.
Es más, bajo la propia admisión de los autores,
el estudio no estaba capacitado para evaluar el riesgo de osteosarcoma entre niños o adolescentes (la porción de la población en
cuestión).
33. El fluoruro puede causar problemas reproductivos.
El fluoruro suministrado a animales en dosis altas, tiene efectos devastadores en el sistema reproductivo masculino, daña la esperma y aumenta la incidencia de infertilidad en numerosas
especies diferentes
(Kour 1980; Chinoy 1989; Chinoy 1991; Susheela 1991; Chinoy 1994; Kumar 1994; Narayana 1994a,b; Zhao 1995; Elbetieha 2000; Ghosh 2002; Zakrzewska 2002).
Además,
un estudio epidemiológico estadounidense encontró un aumento de infertilidad en parejas que residían en áreas con 3 ppm o más en el agua potable (Freni
1994), en dos estudios se ha encontrado una reducción de testosterona circulante en hombres que residen en áreas de altos niveles de fluoruro
(Susheela 1996; Barot
1998), incluso, un estudio en trabajadores expuestos a fluoruros registró un “efecto reproductivo subclínico"
(Ortiz-Perez 2003).
Aunque estudios en animales realizados por investigadores de la
Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en ingles) no han logrado encontrar evidencias de
toxicidad reproductiva en ratas expuestas a fluoruro (
Sprando 1996, 1997,1998), el
Consejo Nacional de Investigaciones de Estados Unidos (2006), ha declarado
que,
“la relación entre el fluoruro y fertilidad requiere más investigación”.
34. Algunos individuos son altamente sensibles
a bajos niveles de fluoruro según se ha
documentado
en estudios de caso y en ensayos doble
ciego (Shea 1967; Waldbott 1978; Moolenburgh 1987).
En un estudio, que duró trece años, Feltman y Kosel (1961) mostaron que
cerca del 1% de
pacientes que recibieron
1 mg. de fluoruro al
día desarrollaron reacciones negativas.
Numerosos individuos han reportado efectos negativos de síntomas tales como fatiga, dolor de cabeza, sarpullidos y problemas de estómago y gastrointestinales, los cuales desaparecen al evitar el
fluoruro en el agua potable y en su dieta.
Frecuentemente, los síntomas han reaparecido al exponerse de nuevo involuntariamente al
fluoruro (Spittle, 2008).
Ningún gobierno de los que tienen agua potable fluorada
ha realizado estudios científicos
para investigar más allá estas declaraciones anecdóticas.
Sin gobiernos que tengan la
disposición
para investigar estos hallazgos científicamente,
¿Es legítimo que nosotros como sociedad
estemos forzando a que estas personas ingirieran fluoruro?
35. Otras secciones de la población
son más vulnerables a la toxicidad del
flúor.
Además de individuos padeciendo de función renal deficiente, analizada en la razón #30, otras subdivisiones de la población son más vulnerables a los efectos tóxicos del
fluoruro.
Según la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR por sus siglas en ingles, 1993) estas incluyen
: bebés, ancianos y diabéticos.
Entre los susceptibles también están aquellos que padecen de malnutrición (Ej., calcio, magnesio, vitamina C, vitamina D y deficiencias de yodo)
y personas con dietas
bajas en proteínas. (Vea: Massler & Schour 1952; Marier & Rose 1977; Lin Fa-Fu 1991; Chen 1997; Teotia 1998).
La fluoración no posee un margen de seguridad
36. No hay margen de seguridad
para diversos efectos a la salud.
Nadie puede negar que altos niveles de fluoruro natural dañan la salud. Millones de personas en India y China han tenido su salud comprometida por el fluoruro.
El argumento realmente es si acaso existe o no, un margen de seguridad adecuado entre las dosis que han mostrado ser dañinas en estudios publicados y la dosis total que reciben las personas
consumiendo cantidades incontroladas de agua fluorada y de otras fuentes.
Este margen de seguridad debe tomar en cuenta al gran espectro de sensibilidades individuales que se pueden esperar en una gran población (un factor de 10 es típicamente aplicado al límite
inferior que causa daño).
Se requiere otro factor de seguridad para tomar en cuenta el gran espectro de dosis a las que se les expone a cada individuo.
Claramente no existe un margen de seguridad para la
fluorosis dental (CDC, 2010) y basándose en los siguientes estudios en ninguna parte se han acercado a
establecer un margen de seguridad con respeto a la disminución del CI (Xiang 2003a,b; Ding 2011);
función de la tiroides reducida (Galletti & Joyet 1958; Bachinskii 1985; Lin
1991);
fracturas de huesos en niños (Alarcon-Herrera 2001)
o fracturas de cadera en personas de tercera edad (Kurttio 1999; Li 2001).
Todos estos efectos dañinos se tratan en el informe del 2006 del NRC.
Efectos adversos de la fluoración tienen un impacto negativo mayor en poblaciones vulnerables
37. Familias de bajos ingresos
son castigadas por la fluoración.
Las personas más susceptibles a la malnutrición y por ende las más vulnerables a los efectos tóxicos del fluoruro, son los pobres, quienes desafortunadamente, justamente son el
grupo que está bajo la mira con nuevos programas de fluoración.
Al estar bajo alto riesgo, las familias pobres no tienen los recursos para evitar el fluoruro una vez que es agregado al agua potable.
No se ofrece ni un apoyo financiero a estas familias para ayudarlas obtener otras fuentes de agua potable alternativas, ni para ayudar a pagar los costos de tratamientos de fluorosis
dental.
38. Niños afroamericanos e hispanos
son más
vulnerables a la toxicidad del flúor.
Según el informe nacional de fluorosis dental del CDC, niños afroamericanos y mexicano-estadounidenses tienen incidencias mucho más altas de fluorosis dental que niños
caucasianos (Beltran-Aguilar 2005, Tabla 23).
El reconocimiento de que niños de minorías parecieran ser más susceptibles a los efectos tóxicos del fluoruro, combinado con el hecho de que familias de bajos ingresos tienen menos posibilidad de
evitar el agua fluorada, ha motivado a líderes prominentes del movimiento de justicia ambiental a oponerse a la fluoración obligatoria en el estado de Georgia.
En una declaración emitida en mayo de
2011 el Reverendo Andrew Young, un colega de
Martin Luther King Jr., y un ex alcalde de
Atlanta y Ex Embajador
estadounidense de las Naciones Unidas, declaró:
“Estoy sumamente preocupado por la gente pobre que tiene bebés, si no tienen los recursos para comprar agua no fluorada para la fórmula de sus bebés, ¿entonces sus bebés no
importan?
Por supuesto que sí. Este es un asunto de imparcialidad, derechos civiles y compasión. Debemos encontrar maneras más eficientes para prevenir caries, tal vez ayudando a aquellos que corren más
riesgo con más acceso a los servicios de dentista…
Mi padre era un dentista.
Yo creía en los beneficios de la fluoración del agua potable en cuanto a la prevención de caries. P
ero muchas técnicas que ejercitábamos hace 50 o más años ya no las usamos, debido a que hemos aprehendido nueva información que logra cambiar nuestras prácticas y políticas.
Este es el caso con la fluoración.” (Vea:
http://www2.fluoridealert.org/Alert/United-States/Georgia/Atlanta-Civil-Rights-Leaders-Callfor-
Halt-to-Water-Fluoridation
39. A las minorías no se les ha informado
acerca de sus vulnerabilidades al flúor.
Los
Centros para Control de Enfermedades no han advertido a niños afroamericanos ni a niños mexicano-estadounidenses que ellos tienen mayores tasas de fluorosis dental que niños
caucasianos (vea #38).
Esta vulnerabilidad adicional podría extenderse a otros efectos tóxicos del fluoruro.
Los Afroamericanos tienen
mayores tasas de intolerancia a la lactosa, problemas renales y diabetes, todas las cuales podrían exacerbar la toxicidad del
fluoruro.
40. Las caries dentales reflejan bajos ingresos.
no baja ingestión de flúor.
Ya que las caries dentales son más prevalentes en comunidades marginadas, deberíamos intensificar nuestros esfuerzas para aumentar el cuidado dental de las familias de bajos ingresos.
Los niveles más altos de caries dentales, hoy en día,
pueden ser encontrados en áreas de bajos ingresos
que han sido fluoradas por muchos años.
La verdadera
“crisis de salud bucal” que existe hoy en día en
Estado Unidos, no se debe a la
falta de fluoruro sino a la pobreza y a la falta de
previsión dental.
El Cirujano General de Estados Unidos ha estimado que un
80% de los dentistas en Estados Unidos no trata a niños bajo Medicaid.
Químicos sin estudios son utilizados en programas de fluoración
41. Los químicos utilizados en la fluoración
del agua potable no son de grado
farmacéutico.
En vez de esto,
la gran mayoría proviene de los sistemas de limpieza en la industria de fertilizantes de fosfato.
Estos químicos (90% de los cuales son fluorosilicato de sodio y ácido fluorosilícico), e
stán clasificados como deshechos contaminantes peligrosos con diversas
impurezas.
Evaluaciones recientes de la Fundación Nacional de Saneamiento, sugieren que
los niveles de arsénico en estos fluoruros de silicio son
relativamente altos (hasta 1.6 ppb después de disolución en el agua pública) y que presentan riesgos potenciales (NSF 2000 y Wang 2000).
El arsénico es un renombrado carcinógeno humano, del cual no existe un nivel seguro.
Este contaminante solo podría estar aumentando la incidencia de cáncer, innecesariamente.
42. No se ha experimentado
comprehensivamente
los fluoruros de silicio.
El químico típicamente examinado en estudios animales es el fluoruro de sodio de grado farmacéutico, y no ácido fluorosilícico de grado industrial.
Los que proponen de la fluoración, afirman que una vez que los fluoruros de silicio han sido diluidos
en el tratamiento de agua pública son completamente
disociados
en iones de fluoruro libres y de silicio hidrogenado; y por ende, no hay necesidad de examinar la toxicología de estos compuestos.
Sin embargo, aunque un estudio de la
Universidad de Michigan (Finney et al , 2006)
demostró una completa disociación en el pH neutro, en condiciones acídas (pH
3) hubo un complejo estable que contenía
cinco iones de fluoruro.
Así, surge la posibilidad de que tales complejos puedan ser regenerados en el estómago donde el pH esta entre 1 y 2.
43. Los fluoruros de silicio han aumentado
la cantidad de plomo en la sangre de
niños.
Estudios por Master y Coplan (1999, 2000, 2007)
muestran una asociación entre el uso de ácido fluorosilícico (y su sal sódica)
para la fluoración del
agua y un aumento en la cantidad de plomo en la sangre de niños.
Debido a la habilidad reconocida del plomo, de poder dañar un cerebro en desarrollo, esto es un hallazgo muy importante.
Sin embargo, esto es en gran parte ignorado en los países fluorados.
Esta asociación, recibió un fuerte respaldo bioquímico de un estudio en animales hecho por Swan et. Al (2010), el cual encontró que, en ratas, la exposición a una combinación de acido
fluorosilícico y plomo, en el agua que tomaban, incrementaba el nivel de plomo en la sangre, tres veces más que con la sola exposición a plomo.
44. El flúor puede lograr desgajar trozos de plomo
Aunque los que proponen la fluoración puedan argumentar sobre los efectos neurotóxicos de bajos niveles de fluoruro este no es el caso en cuanto al plomo, el cual a bajos niveles disminuye el CI
en niños.
La promoción de mantener la fluoración es anticientífica
45. No se han realizado los estudios primordiales.
Muchos de los individuos que promueven la fluoración confían plenamente en una lista de patrocinadores.
Muchos otros patrocinios siguieron rápidamente con poca evidencia de algún tipo de racionalidad científica para respaldarlos.
El constante uso de estos patrocinios tiene más que ver con ciencia política que con ciencia médica.
47. Paneles de investigación han sido minuciosamente seleccionados para otorgar decisiones pro-fluoración.
De vez en cuando, particularmente cuando un programa de fluoración está bajo peligro, los gobiernos de países fluorados han seleccionado paneles para obtener el respaldo de la práctica
nuevamente.
Los movimientos anti-fluoración siempre han denunciado que a través de los años los paneles de investigación comisionados por el gobierno para evaluar los costos y beneficios de la fluoración,
han estado plagados de pura gente a favor de la fluoración.
El último tenía un panel de seis expertos para evaluar literatura de salud.
Cuatro de los seis eran dentistas pro-fluoración y los otros dos no demostraron tener ninguna experticia en cuanto al fluoruro. Una excepción notable a esta tendencia, fue la designación de parte
del Consejo Nacional de Investigaciones de Estados Unidos, del primer panel de expertos equilibrado, seleccionado para investigar la toxicidad del fluoruro en Estados
Unidos.
Si se hubiese obedecido el protocolo de procedimientos toxicológicos y si se aplicaran los márgenes de seguridad apropiados en cuanto a los hallazgos de este panel, pudiese haber sido el fin de
la fluoración.
Los que proponen la fluoración han sostenido por muchos años, a pesar del hecho que los primeros opositores a la fluoración eran bioquímicos, que la gente que se oponía a la fluoración no eran
científicos de buena fe.
Hoy en día, a medida que más y más científicos, médicos, dentistas, y otros profesionales, leen la literatura principal por sí mismos, en vez de confiar en las declaraciones auto-sustentadas de
la Asociación Dental Americana (ADA) y de los Centros de Control de Enfermedades (CDC), están llegando a la conclusión de que ni ellos ni la población, han sido
informados dignamente por parte de los organismos responsables de esta materia. Hasta la fecha de julio de 2011, sobre 3,700 profesionales han firmado una declaración para terminar con la
fluoración a nivel mundial.
Esta declaración y la lista de firmantes puede ser encontrada en el sitio de Flouride Action Network.
Una mirada a la calidad de los profesionales que se opone a la fluoración se puede obtener al ver el video de 28 minutos
Aunque los proponentes oficiales de la fluoración siguen apoyando la causa fervorosamente, típicamente se niegan a defender esta práctica en un debate público, incluso cuando han sido desafiados
por organizaciones como la Asociación para la Ciencia en el Interés Público, el Instituto Americano de Toxicología (ACT) o la Agencia de Protección
Ambiental (EPA) (Bryson 2004).
Muchos científicos, médicos, y dentistas que han expresado sus opiniones acerca de este tema, han sido sujetos a censura y tácticas de intimidación (Martin 1991).
Y el Dr. William Marcus fue despedido de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) por cuestionar el manejo que hizo el gobierno del estudio del fluoruro
y cáncer del NTP (Bryson 2004).
Muchos dentistas e incluso médicos, reconocen en privado que se oponen a la práctica pero que no se atreven a expresarlo por la presión de sus colegas o porque temen las repercusiones que pueda
traer.
Tácticas como estas no serían necesarias si la promoción de la fluoración se basara meramente en información y ética científica.
Conclusión
Cuando se trata de controversias de químicos tóxicos, tradicionalmente grandes intereses hacen lo que más pueden para desacreditar los estudios en animales y minimizar los hallazgos
epidemiológicos.
En el pasado, fuerzas políticas han llevado a que los organismos gubernamentales, aunque lentamente, se movilicen para regular el asbesto, benzina, DDT, PCBs, tetraetilo de plomo, tabaco
y dioxinas.
Desafortunadamente, debido a que los funcionarios de gobierno y líderes dentales han puesto tanto de su credibilidad en el lado de la defensa de la fluoración, y debido a las enormes
responsabilidades que les esperan si llegaran a reconocer que el fluoruro ha causado un aumento en fracturas de cadera, artritis, cáncer a los huesos, trastornos cerebrales o problemas de
la tiroides, será muy difícil, que se les escuche hablar honestamente y abiertamente sobre el asunto.
Pero ellos deben hacerlo, no tan solo para proteger a millones de personas de daños innecesarios, sino para proteger la noción de que, en su fundación, las políticas de salud pública deben
basarse en hechos científicos y no en conveniencia política.
Es justamente lo que han hecho los países europeos y los dientes de sus niños no han sufrido, mientras que la confianza con sus poblaciones ha sido fortalecida.
Preguntémonos justamente ¿Cuánta incertidumbre acerca de unas de las razones listadas debe haber para derogar un supuesto beneficio, el que al ser cuantificado en la encuesta más grande que se ha
realizado en Estados Unidos, resultó beneficiar sólo una superficie de diente por niño (de 128)?
Aunque la fluoración tal vez no sea la amenaza más preocupante, sí es una de las más fáciles en erradicar. Es tan fácil, como cerrar una llave en la planta de tratamiento. Pero para lograr cerrar
la llave se necesita voluntad política y para lograr obtener eso se necesita una masa de personas informadas y organizadas.
Eventualmente, una respuesta anónima, incompleta y superficial fue publicada en el sitio del Departamento de Salud y Niños de Irlanda.